En el sector forestal, el bajón económico está enfrentando desafíos
específicos. La depresión en el sector de la construcción,
especialmente en muchos países desarrollados llevó a una reducción drástica en la
demanda de productos madereros. La producción, comercialización y empleo se han
reducido como consecuencia de la contracción en la demanda.
El aumento en la desocupación en las áreas rurales
podría acrecentar la presión en los bosques y demás superficies forestales,
llevando a la deforestación y a la degradación.
En respuesta a la crisis económica, algunos gobiernos han iniciado planes de
estímulo para rescatar a las instituciones financieras e incentivar la
producción y el consumo. Las estrategias de algunos países enfatizan la tendencia hacia un futuro
ecológico, con el cometido de estimular sectores que crearán activos reales,
mejorarán la eficiencia energética, incrementarán el uso de los recursos
renovables y combatirán el cambio climático.
Los bosques podrían tener un papel
importante en los esfuerzos de estabilización económica, sobre todo por medio de
la creación de empleos y la reconstrucción del capital natural.