El vigor se define como la capacidad de una
planta para sobrevivir y crecer cuando se planta en un ambiente adecuado. Reguladores del crecimiento vegetal (hormonas) son indicadores poco efectivos
para demostrar el vigor, ya que son difíciles de medir y es difícil entender su
papel en los procesos fisiológicos. El ácido abscísico es el regulador del
crecimiento vegetal que en la actualidad sólo se muestra prometedor para evaluar el vigor. Las enzimas y las proteínas son también poco eficaz. El almidón tiene alguna promesa. Aunque los detalles de su relación con el vigor siguen siendo
desconocidos. Las pruebas funcionales tales como la medición de la fotosíntesis o la respiración oscura podrían ser incorporadas en una serie de pruebas.
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